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EPA en español

Volcanes

SIEMPRE LLAME AL 911 si está en una situación de peligro inmediato y necesita ayuda de emergencia.  Foto de un volcán en erupción

Los gases volcánicos que imponen los peligros potenciales más importantes son el dióxido de azufre, el dióxido de carbono y el fluoruro de hidrógeno. A nivel local, el gas dióxido de carbono puede provocar lluvia ácida y contaminación del aire desde un volcán en la dirección del viento. Estos gases pueden provenir de caudales de lava y también de un volcán que entra en erupción violentamente.

Las cenizas volcánicas pueden recorrer entre cientos y miles de kilómetros desde un volcán en la dirección del viento. La ceniza volcánica fresca es arenosa, abrasiva, en ocasiones corrosiva y siempre desagradable. Aunque la ceniza no es altamente tóxica, puede afectar a los niños pequeños, a los ancianos y a quienes sufren problemas respiratorios. La ceniza también puede introducirse en los ojos y rayarlos, especialmente cuando hay mucho viento. La ceniza puede ser peligrosa para el ganado de pastoreo y dañar las instalaciones de tratamiento del agua potable y de las aguas residuales (u obligar su cierre) al obturar o dañar los equipos.  

Prepárese para la erupción de un volcán

Información general sobre la preparación (en inglés):

Para instalaciones de aguas residuales y agua potable:

Actividades sugeridas para ayudar a que las instalaciones se preparen. (En inglés)

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Recuperarse de la erupción de un volcán

Problemas de salud:

Efectos sobre el medioambiente:

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¿Cómo responde la EPA ante erupciones de volcanes?

En su misión de proteger la salud de los seres humanos y el medioambiente, la EPA puede participar en el monitoreo de las condiciones ambientales, en la evaluación de posibles efectos adversos sobre la salud o en la respuesta en caso de emergencias por materiales peligrosos que pudieran surgir como resultado de una erupción.

Efectos adversos sobre la salud de los seres humanos: la EPA tiene considerable experiencia con respecto a los posibles efectos adversos sobre la salud a raíz de las cenizas o las sustancias químicas que liberan los volcanes. Puede ser necesario que toxicólogos y otros especialistas evalúen las condiciones ambientales y los efectos sobre las poblaciones que rodean a la montaña.

Respuesta ante emergencias: se podrá convocar a la EPA para que proporcione asistencia a las primeras personas o entidades que respondan a un evento de erupción. Por ejemplo: en otoño de 2004, se estableció un Comando unificado para el Monte Santa Helena, que estaba exhibiendo mayor actividad. El Comando estaba conformado por el Servicio Forestal de EE. UU. (la agencia principal), el Departamento de Topografía Geológica de EE. UU. y diversas autoridades estatales y locales. La EPA se sumó al Comando unificado en un rol de asesoramiento y asistencia, y se preparó para ofrecer su ayuda con mapeo y análisis GIS, monitoreo y modelado del aire y del agua y otros servicios con el fin de asistir en la respuesta general.